Próximos a nuestro aniversario, nuestro director, Dr. Ricardo Barra, reflexiona sobre nuestros inicios como centro EULA y lo pendiente a la fecha en una columna de opinión publicada por el diario El Sur:
«Al igual que una persona, las instituciones maduran, y ya después de 34 años de existencia podemos hacer un análisis de cómo vamos y hacia dónde nos gustaría dirigirnos. Sin duda el escenario ambiental del planeta y de nuestra región ha cambiado, enfrentamos una crisis ambiental global con impactos significativos a nuestra escala local.
Lo ocurrido con la empresa Huachipato es un ejemplo de un fenómeno de hace décadas: la desindustrialización de la región. Esto lo hemos vivido en, por ejemplo, las empresas que durante muchos años apoyaron el Monitoreo de la calidad del agua del río Biobío, cuando en un inicio fueron 10 y ahora sólo quedan tres. Entonces, estamos frente a un escenario en el que el ascenso económico y político de China, y las crisis económicas, ambientales y sanitarias globales, nuevamente impactan de forma significativa en la economía local.
Entender estos procesos no es sencillo, y lo mismo pasa en materia ambiental, pues uno podría pensar que la salida de las industrias podría traer mejoras ambientales significativas. Cuando hace más de 30 años la Universidad de Concepción decidió crear el Centro EULA, con la ayuda de la cooperación italiana, pensó en la contribución que un centro científico podría hacer al desarrollo de la región. Sin duda, el cambio producido en los últimos 30 años, con la irrupción de la crisis del cambio climático (que también en algo explica la desindustrialización de la región, en particular la ligada a los combustibles fósiles), ha alimentado el escenario actual.
Cuando el EULA propuso un cuadro estratégico regional hace más de 30 años, poco caso se les hizo a algunas de las recomendaciones de la época, incluida, por ejemplo, la ruta costera de Coronel a Concepción; o la implementación de la gestión de la cuenca del río Biobío en forma tripartita: estado, sector privado y sociedad civil.
Esto es lo que hemos indicado hace años, un diálogo más fluido para definir colectivamente el futuro de nuestra región, estimular la colaboración de las instituciones de educación superior de la región, más que la competencia por los recursos que son siempre escasos. Aprovechar la masa crítica de científicos, intelectuales y profesionales de la región para mejorar su desempeño productivo, mejorar la equidad social y la conservación ambiental, es decir promover la sostenibilidad.
Creo que una de las debilidades que tenemos como región es justamente la ausencia de un diálogo más fecundo entre la ciencia y la política, para promover el desarrollo para todos.
Como una forma de celebrar nuestros 34 años vamos a realizar un seminario sobre la calidad del agua del río Biobío, que debe ser un tema que nos debiera ocupar a todos. Este se realizará el próximo viernes 12 de abril desde las 9 de la mañana en el Centro EULA. El futuro de la región depende también de las capacidades que podamos desplegar desde las instituciones que se ocupan de ella. Ese sigue siendo el desafío de nuestro aporte científico a la región, el país y el planeta».
Te invitamos a leerla completa en el Diario El Sur: