Testigo del desarrollo penquista, el cerro ha sido un eje de identidad y resiliencia urbana. Expertos advierten sobre especies exóticas y valoran iniciativas de conservación.
Referente visual de Concepción, el Cerro Caracol ha sido testigo silencioso de la transformación urbana, del tránsito de generaciones y de la convivencia entre la ciudad y su entorno natural. No es solo un cerro visible en el skyline penquista, sino una memoria viva: fue defensa militar, cantera de recursos, paseo ciudadano y hoy se reafirma como símbolo identitario.
Rol en la resiliencia urbana
Desde una mirada medioambiental, el Cerro Caracol aparece como un eslabón dentro de un sistema mayor que articula ciudad y naturaleza. Así lo planteó el académico y director del Centro EULA-UdeC, Ricardo Barra, quien subrayó que este no puede entenderse de manera aislada, sino como parte de un corredor biológico que conecta con el Parque Nacional Nonguén.
Para Barra, la visibilidad que otorga a las especies arbóreas nativas aporta a la biodiversidad y la regulación hídrica. En este sentido, planteó la necesidad de fortalecer los vínculos entre infraestructura verde y gris, sugiriendo la creación de “un camino verde que vincule el Cerro Caracol con la ribera norte del Biobío”, lo que consolidaría un paisaje urbano más resiliente.
Ahora bien, para Barra, uno de los principales desafíos es controlar el predominio de especies exóticas de arbolado, como pinos y aromos. “Lo que hay que hacer ahí es un manejo; ir retirando paulatinamente el bosque exótico y reemplazarlo por vegetación nativa”, sostuvo, enfatizando que esta transición reduce el riesgo de incendios forestales.
Adicionalmente, valoró la reciente plantación de más de mil árboles nativos en el cerro, pero subrayó que el desafío no termina con la siembra. “Yo invitaría a toda la comunidad del Gran Concepción a participar en esta acción de revegetar el Cerro Caracol con especies autóctonas (…). Muy pocas ciudades en Chile pueden mostrar esa riqueza natural”, cerró.
En paralelo, el académico de la Facultad de Ciencias Ambientales UdeC, Francisco de la Carrera, coincidió en la importancia de la inversión. A su juicio, el Cerro Caracol no solo contribuye a la calidad del aire y a la regulación climática, sino que también proyecta la identidad natural y social de Concepción.
Sobre la gestión forestal, apuntó a la urgencia de controlar el predominio de especies exóticas, y recordó que el alto riesgo de incendios se relaciona con la acumulación de material seco en suelos dominados por pinos. Por ello, planteó la necesidad de un manejo constante que propicie la humedad y favorezca la supervivencia de especies nativas, más allá de las reforestaciones puntuales.
La información es de Diario Concepción y la encuentras completa aquí: https://www.diarioconcepcion.cl/ciudad/2025/10/12/cerro-caracol-la-historia-y-los-desafios-ecologicos-del-pulmon-verde-de-concepcion.html