Más de 1.400 millones de euros se invirtieron en Francia para intentar limpiar las aguas del principal río de la ciudad luz antes de la realización del evento deportivo más importante del mundo. La labor era titánica, como lo expresan dos especialistas de la Universidad de Concepción.
El primero de ellos es el Dr. Roberto Urrutia Pérez, Decano de la Facultad de Ciencias Ambientales, quien señaló que a pesar de toda la inversión por limpiar el río Sena, de todas maneras tuvieron problemas que están asociados principalmente a las precipitaciones.
“El problema que tiene París, y en realidad muchas de las ciudades antiguas de Europa, es que comparten el sistema de alcantarillado con las aguas lluvias. Y cuando hay lluvias importantes, como las que se presentaron al inicio de los Juegos Olímpicos, estas aguas se rebalsan y causan muchos de los inconvenientes que presenciamos relacionados a los problemas gastrointestinales de competidores y competidoras”, aseveró.
El Dr. Urrutia, quien también es investigador del Centro Eula, destacó que a diferencia de lo que ocurre en París, Chile tiene ambos sistemas separados, “por lo que las aguas lluvias y servidas van por distintas redes; aunque se presentan ciertos problemas como el que ocurre en San Pedro de la Paz, (región del Biobío) donde el rebalse genera inconvenientes periódicamente”.