Pareciera ser que las intensas lluvias de las últimas semanas son la clave para terminar con la megasequía que ha afectado a la zona desde más de 10 años. Desde el punto de vista académico, hay profesionales que toman estas cifras y advierten que la Región presenta hoy lo contrario a una brecha, es decir, un superávit de precipitaciones, más aún si se considera la óptima acumulación de nieve en la cordillera.
Pese a lo anterior, reconocen que no es suficiente. El director del Centro EULA y académico de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, Ricardo Barra, explica que los eventos extremos experimentados recientemente -que traen una gran cantidad de agua en muy poco tiempo- representan, sin duda, un alivio a la situación hídrica que enfrenta la zona, ‘pero en ningún caso es la solución a la sequía, porque con esto no se acaba’. El profesor recalca que la sequía es un proceso que lleva más de una década y que eso mismo ha hecho que los suelos se vuelvan más repelentes al agua, lo que hace que esta gran cantidad de líquido escurra rápidamente.
‘Cuando cae una gota de lluvia, no es que infiltre el suelo y vaya a alimentar las aguas subterráneas como uno podría pensar, sino que eso escurre superficialmente y favorece estos procesos que llevan a que los ríos y canales se rebalsen. Por otro lado, esto está asociado al tema de la erosión de los suelos, suelos que están desnudos de la capa vegetal superficial y que pierden su capacidad de retener agua’, afirma Barra.
La información es del medio regional El Sur y la encuentras acá: