La actividad realizada el pasado viernes en el Auditorio Galletué de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, reunió a expositores como el Director del Centro EULA, Dr. Ricardo Barra Ríos; el Seremi de Medio Ambiente de la Región del Biobío, Pablo Pinto Valenzuela y el encargado del proyecto de monitoreo Dr. Ricardo Figueroa Jara.
En ese contexto, el Dr. Barra señaló que en este largo camino han debido encontrarse de lleno con la irrupción del cambio climático, lo que redujo la disponibilidad del agua, algo que es progresivo. ‘Se va a seguir reduciendo el caudal, por lo tanto, si seguimos introduciendo elementos al río en la misma intensidad, velocidad y frecuencia que tenemos hoy, lo esperable es que la calidad del agua se siga deteriorando. Por lo tanto, tenemos que prever ese escenario ahora y mejorar las tecnologías de tratamiento, mejorar la condición del río Biobío como ecosistema en términos de proteger también la ribera, junto con tener una estrategia regional para proteger su principal uso hídrico’, explicó el Director del Centro EULA.
Por su parte, Pablo Pinto Valenzuela, Seremi de Medio Ambiente de la Región del Biobío, resaltó que el trabajo que ha realizado el Eula durante estos 30 años ha sido fundamental para la creación de la institucionalidad ambiental, la consolidación de dicha institucionalidad y la toma de decisiones en relación a las distintas situaciones que ocurren en el medio ambiente y que tienen que ver con la biodiversidad, la protección de los ecosistemas, por mencionar algunos temas.
‘El Biobío es uno de los ríos más estudiados de Chile. En la actualidad, tenemos desafíos tales como revisar la legislación, reevaluar varias condicionantes que han venido cambiando durante estos años. Sin lugar a dudas, este proyecto es un ejemplo en cuanto al levantamiento de información, a todos los datos con los que contamos’, precisó el Seremi Pinto.
En tanto, el Dr. Figueroa hizo un recorrido por los 30 años de monitoreo del Biobío, en el que comenzó junto con los primeros técnicos en ambiente de principios de los años 90. ‘Había terminado recién mi carrera y esta fue una oportunidad de seguir desarrollándome. Estaba a cargo de los muestreos. Con el paso del tiempo fui creciendo en mi actividad académica y hace ya una década que estoy coordinando el programa de monitoreo del río Biobío’, comentó.
Monitoreo histórico
En el seminario se destacó que el monitoreo del Biobío es un proyecto de largo aliento, en el que han sido apoyados por diversas empresas usuarias, pero algunas han ido desapareciendo. ‘Creo que hay que seguir trabajando en esta comunión que logramos entre servicios públicos, empresas y universidad, porque el Estado tampoco tienes los recursos para poder abordar todos estos problemas’, cerró el Dr. Figueroa. No es frecuente que un proyecto de investigación se transforme en algo permanente.
Sin embargo, el proyecto, además de dar origen al Centro EULA, también logró convertirse en una iniciativa apoyada por del sector productivo que usa y se beneficia de las aguas del río Biobío, por medio de la creación del consorcio Bío Río. Esto permitió al centro entregar resultados año a año a las autoridades, en distintos formatos, como la elaboración de un mapa de calidad del agua de la cuenca, por ejemplo. Por otra parte, la aparición de temas emergentes con relación a la cuenca demanda una nueva mirada al recurso hídrico, una que contemple los cambios hidrológicos, la reducción del caudal y la disminución de las estaciones.
El centro también ha identificado la eutroficación del río producto de descargas de nutrientes, problema asociado a las floraciones algales nocivas, además de establecer la relación entre calidad de agua y biodiversidad. Así el programa de monitoreo de la calidad del agua del río Biobío es un proyecto emblemático del Centro de Ciencias Ambientales Europa-Latinoamérica, mejor conocido como EULA, institución que celebra sus 34 años de vida.